Cada año celebramos un año más de resistencia como librería de segunda mano al peso. Todas esas celebraciones las regamos siempre de buen vino y las acompañamos con una lustrosa lengua.
Os dejamos por aquí algunas de las recetas con las que os hemos deleitado estos años atrás (sí, era lengua, por si algun despistadx no sabe lo que se lleva a la boca)
La lengua es rica, sabrosa, y se puede usar de muchas maneras, y sí, aquí todo tiene dobles sentidos.
Nos gusta la lengua, la propia y las ajenas (recordad, tenemos una sección en «otras lenguas» que suele tener frances, ingles, italiano y catalan de forma fija, y a veces finés, aleman, polaco…)
En definitiva: Usa la lengua.
Vamos con las recetas, y si te animas a hacer alguna, cuéntanoslo. #8AniversarioLQ
Preparación de la lengua
Todas las recetas requieren cocer primero la lengua. Hace falta una olla grande para que quepa entera y tarda unas dos horas, dependiendo del peso. Se nota muy bien si está hecha pinchándola con algo puntiagudo. Lo habitual es añadir al agua algún condimento como cebolla, laurel, pimienta, ajos, etc. para quitarle un poco el olor a entraña. Después hay que pelarla, quitarle la piel, que debería haberse quedado blanquecina y salir con facilidad si está bien cocida. Es normal notar sensaciones contradictorias en esta operación.
-Lengua fiambre.
Fue la primera que pusimos y la más fácil (Después hemos ido … refinándonos); aun así es como más le gusta a mucha gente. Se deja enfriar entera y después se filetea fina justo antes de servirla, aliñándola un poco con un aceite, sal, pimienta molida o hiervas. También vale hacer una vinagreta, por ejemplo con mostaza, pimientos picados, alguna variante, etc.
-Pinchos de lengua con tomate.
En esta ocasión cortamos unos taquitos algo más gruesos, montados sobre tostadas y con una salsa de tomate que era más bien “potentilla” con ajo, pimentón y eso. Quizá no hacía falta que lo fuera tanto, pero siempre hay el miedo a que el aroma casquero eche pa tras. Es totalmente injustificado: NUNCA ha sobrado nada, y siempre cocemos dos o tres lenguas! Sospechamos que el vino ayuda mucho a vencer las primeras reticencias.
-Lengua empanada.
El nombre que mejor nos representa. Es trabajoso para tanta cantidad y difícil de mantener caliente, pero en casa no hay ninguno de esos problemas. Tan fácil como cortar unos filetes ni muy gruesos ni muy finos, salpimentarlos y pasarlos por harina, huevo y pan rallado antes de freírlos. Recomendamos el pan rallado casero, con esos trocitos que hacen la cobertura extra crujiente. Pusimos además una salsa tártara y otra de tomate para mojarlos en el momento. Volaron.
-Empanada de lengua
Inevitable al año siguiente porque somos así de tontxs. Esto ya son elaboraciones de altura, no os contaremos cómo hacer una masa de empanada y hornearla, porque para eso hay muchos libros de recetas de segunda mano en los que se explica, pero sí el relleno, que fue lo original. Picamos la lengua en trozos no muy grandes ni muy pequeños (sabemos que os encantan estas instrucciones) y los salteamos con mucha cebolla y un poco de ajo y tomate. Después picamos unas ciruelas pasas y las añadimos a la mezcla antes de usarla de relleno de la masa. Éxito total.
-Lengua en salsa.
También mucho más adecuada para hacer en casa que para servir en un pasillo de un mercado, pero como casi todo ¿no? Hay que sellar los filetes pasados por harina y luego hacer una salsa de esas que nos resistimos a llamar española (no sabemos por qué), triturarla con pasapurés o batidora y añadir la lengua, solo para que cueza unos minutos todo junto. En Mallorca es un plato muy típico hecho con alcaparras.
-Tacos de lengua.
Un háztelo tu mismo que a primera vista resultaba muy práctico para el formato aniversario en el mercado, pero después fue un lío estupendo. La cosa es trocear la lengua en tiritas y saltearlas un poco para que se tuesten ligeramente, aparte se dispone de una picada fresca que en Méjico llaman pico de gallo: tomate, cebolla y chile. Eso y unos cuencos con cilantro picado y salsas (Ranchera, verde, …). En el momento se calientan las tortillas de maiz o trigo y se montan los tacos al gusto. El regusto de carne asada con el frescor mejicano es una combinación sensacional.
-Lenguas de gato
Vale, esto no es lengua ni lo hemos puesto en ningún aniversario, pero así terminamos con un dulce muy fácil de hacer. Se mezcla la misma cantidad de harina, azúcar y mantequilla, junto con la mitad en peso de clara de huevo y unas gotas de esencia de vainilla. Esa masa se extiende en forma de lenguas sobre un papel de horno y se meten apenas 10 minutos a 180º. Felicidades.